Burbujas en la Calle Verde

Los hombres del hierro que trabajaban en los astilleros del Támesis fundaron el West Ham United. Un equipo con ciento quince años de historias tan intensas que valen más, en su contexto, que el hecho de contar sus años de juegos midiéndolos en vitrinas y copas. Su pasado está lleno de momentos, de nombres, del sudor de la jornada mezclado con el del partido disputado. Sus orígenes tocan el fondo de la estructura del futbol inglés y fueron subiendo peldaño a peldaño. Flotaban en el tiempo como las burbujas. Pero siempre viajaban de un lado a otro. De abajo a arriba. Reventaban y alguien volvía a soplar para crear una nueva. El camino de la calle verde siempre llegaba al campo del equipo de los martillos.

El sentir del gremio se apoderó del West Ham, que por cierto no era la única oncena de los astilleros y las fundidoras. Por eso los instintos tribales de sus seguidores despertaron sentimientos primitivos de protección territorial.

Los Hammers alcanzaron la máxima categoría en los años veinte del mismo siglo y en 1923 disputaron (y perdieron) la celebre final de la FA Cup contra el Bolton Wanderers, en donde se eternizó la escena del caballo blanco montado por el mandón de la policía que replegó a los apasionados hinchas que invadieron el pasto sagrado del estadio imperial (Wembley). De ahí nació el estigma del hooligan, de ahí nació la pasión desbocada por lo que muchos sienten que es suyo: el equipo del lugar formado por la gente conocida y que representa lo que ellos creen que son.

Eso significa el cuadro de los hombres de hierro. Eso le dice al imaginario colectivo. Después el estilo pulió las formas, pero nunca las pasiones. Se distinguieron por la clase al tocar el balón y adquieren fama de academia. El West Ham ha graduado a sólo tres de sus muchachos con doctorado. Los demás bien podrían ostentar el master del futbol. Cole y Rio Ferdinand por ser displicentes con el presente son dos egresados de la academia.

Esa tercia le dio a los inventores del juego su única Copa Mundial. Son los héroes inmortales del 66: el capitán Bobby Moore. Martin Peters, quien marcó un gol de campeonato, y, Geoff Hurst, autor del único Hat Trick en la historia de las finales de las Copas del Mundo, para vencer así, 4-2, a Alemania en Wembley.

Hammers son también los Lampard, padre e hijo. El primero recordado con profundo afecto, el segundo estigmatizado como un Judas por haberse ido tras las libras.

Son los hombres de hierro quienes levantaron la FA Cup en dos circunstancias llenas de simbolismo. En 1975 la ganaron alineando solo a los hijos del imperio, nadie más lo ha hecho así desde entonces. Y en 1980 se convirtieron en el único equipo que la conquista representando a una categoría inferior.

Y ahora vayamos a Upton Park, es sencillo llegar, solo hay que tomar Green Street y seguir a todo aquel que cante I’m forever blowing bubbles. La grada siempre canta, las tribunas tienen nombres, simbolizan la historia del West Ham United. La grada del centenario está en el norte. Arriba se sientan las familias. Abajo los visitantes. Por supuesto que tienen la tribuna oeste, las West, y en el sur nueve mil personas le rinde homenaje a su gran ídolo Bobby Moore.

Por eso pesa este lugar en donde se taladra el oído del rival a sólidos martillazos.

Pablo Barrera se ha convertido en el primer futbolista nacido en México de los Hammers. Aunque no sepa hablar la lengua de Shakespeare, será urgente que aprenda a cantar I'm forever blowing bubbles, pretty bubbles in the air. United! united! Mientras camina sobre la calle verde.

2 comentarios:

Beto Olvera dijo...

El texto es muy enriquecedor y el reportaje sobre los Hammers en Fútbol en Serio resultó igual de ilustrativo.
El West Ham es uno de esos equipos que, por muy chico que sea, no se puede ignorar, está presente ahí. Su andar en el fútbol inglés ha tenido muchas tribulaciones, pero ahí sigue, dando guerra, como sus aficionados que alcanzaron el extremo con el hooliganismo.
Y para muestra de que no pueden pasar desapercibidos los Hammers, está en la serie de libros de Harry Potter. Hay un club inglés de fútbol que es mencionado varias veces y es justamente el West Ham United, incluso uno de los aprendices de mago lleva al colegio de magia y hechicería, Hogwarts, una bufanda de los Hammers.

Enrique Ballesteros dijo...

Gracias Humberto, grandes datos los que aportas, un abrazo.