El futbol de playa es un derivado del futbol clásico donde el balón rueda con grandes dificultades sobre la agreste arena, en un extraordinario afán por seguir utilizando los pies para darle orden al esférico etéreo que se rehúsa a rodar y exige desplazamientos extravagantes.
Ignoro si todo futbolista de alfombra verde pueda llegar a dominar el desierto en miniatura que representa el espacio de juego, pero lo que es evidente es que tiene grandes exigencias físicas y técnicas para sus partidarios.
Es un juego de vértigo. Detenerse sobre las arenas es exponerse a ser devorado por las mismas. Tal vez por eso en esta modalidad se genere un tiro a puerta cada treinta segundos y se anote un gol cada cuatro minutos. Sí, en este futbol el gol es el táctico, punto. ¿Quiénes inventaron esta forma de interpretar el ritual universal? Tenían que ser los brasileños. La playa Leme de Río de Janeiro es la cuna de este deporte que ha encantado a clásicos como Cantoná, Michel, Zico y Romario.
El reglamento fue creado en 1992 y desde entonces es un espectáculo televisivo que se consume en más de 170 países del mundo. Por eso FIFA, paradójicamente, le metió las manos para hacer rentable el negocio. El desierto en miniatura donde se pone en marcha la pasión es un rectángulo de 36 por 27 metros. Los marcos son amarillos fluorescentes de 5 metros y medio de largo por 220 centímetros de alto. Aquí no hay barreras en los tiros libres y dos árbitros llevan el ritmo del juego, administrando el tiempo que se detiene para ejecutar jugadas a balón parado. Se juegan tres lapsos de doce minutos y el pie desnudo deberá hacer contacto con el balón diseñado para andar por la cancha cual vehículo tubular todo terreno.
Copacabana es la catedral del futbol de playa, son sus arenas las que consagran a los mejores del mundo. Un escenario tan clásico como Wembley o el Azteca.
Este domingo hay futbol de playa en Inglaterra. En el puerto de Sunderland con sus arenas bañadas por las heladas aguas del Atlántico Norte. Los últimos días se ha celebrado un cuadrangular, el Sunderland International Beach Soccer Cup, en donde México buscará coronarse si logra imponerse a los anfitriones. Al mando de ese equipo va Ramón Raya, uno de esos caballeros andantes de nuestro futbol, con heridas de guerra, con hambre de triunfo, con alegría en el corazón y con un serio compromiso y especialidad en esta forma de amar al juego. Le han ganado a Alemania, le han ganado a Grecia, esperemos que vuelvan con el triunfo. Pero lo más importante es que les sigamos la huella siempre. Es uno de esos equipos donde la dignidad y el respeto hacen la unión del grupo.
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