Para el Chicharito:
La vida es una obra de teatro que no permite ensayos...
Por eso, canta, ríe, baila, llora
y vive intensamente cada momento de tu vida...
...antes que el telón baje
y la obra termine sin aplausos.
Charles Chaplin (El teatro de la vida)
Si Old Trafford es el teatro de los sueños, el Manchester United es una fábrica de las más sofisticadas fantasías del futbol. Es la marca más poderosa del mundo. Es un equipo al que le pueden ir los chinos o los habitantes de San Juan de los Lagos (Jalisco) y sumar entre todos la intimidante cantidad de 330 millones de seguidores, el cinco por ciento de la población del planeta.
Es una de las empresas del poderoso magnate estadounidense Malcom Glazer, odiado en extremo por los socios Reds. Es un club de primera clase. Es una máquina de hacer dinero, pero también es una caja chica de deudas que tiene a su campo hipotecado ante sus acreedores. Pero mucho antes de que el negocio fuera lo que es, en el teatro de los sueños se pusieron en escena grandes historias de todos los géneros: comedias, dramas y tragedias.
Manchester es la primera ciudad industrial que existió en el mundo. Fue el mejor ejemplo de la revolución del vapor. El algodón la colocó en el plano mercantil. Y el primer ferrocarril de la historia corrió de Cottonopolis (así se referían a la ciudad) hasta Liverpool. Ahí, donde la serpiente de hierro iba y venía, tiene su origen el gran equipo global del siglo XXI.
Los ferrocarrileros mancunianos se juntaron para darle a la pelota, en un llano al costado de las vías, y se hicieron llamar Newton Heath Lancashire and Yorkshire Railway, en 1878. Sus colores fueron el verde y el amarillo. Pero las deudas orillaron al equipo a tomar medidas radicales. Un magnate cervecero de la ciudad, John Davies, aportó un puñado de poderosas libras y para 1902 cambiaron sus insignias de identidad. Desde entonces son el Manchester United y su color el rojo.
Para 1908 ganaron su primera liga. Hoy suman dieciocho, una oncena de estas ganadas bajo el mando de Fergie (Alex Ferguson), un caballero escocés de la corte británica (nombrado Sir gracias al futbol) que lleva dirigiendo al United desde 1986.
Old Trafford ha cumplido una centuria larga y sinuosa desde que abrió sus puertas a los 80 mil invitados que presenciaron su inauguración el 19 de febrero de 1910. La obra arquitectónica del escocés Archibald Leitch, encargado de diseñar una veintena de escenarios para el balompié en el Reino Unido, sobrevive a dos guerras mundiales, aunque en la segunda los Nazis lo destrozaron a bombazos.
El teatro de los sueños es, guardando las distancias, como un Bellas Artes del Futbol. Muchos quieren interpretarse a sí mismos en sus tablas pero todos se intimidan porque es inevitable que brote el pánico escénico.
El monstruo de las mil cabezas es implacable. Dicen que desde la tribuna oeste se emite un rugido tan poderoso como el sonido de los motores de un Jumbo Jet en pleno despegue.
Pero no todo Manchester está con el United. Casi todos los mancunianos orientales son Citizens y le van al Manchester City. Desde luego que es con este equipo con el que se tiene el pleito vecinal por excelencia, la guerra civil le llaman.
Si ya hablamos de Sir Alex Ferguson, es obligado contar la leyenda de Busby, el hombre que apostó por los jóvenes, que le dio al equipo una identidad interna de pertenencia total. El promedio de edad del Man United a mediados del siglo XX era de 22 años. Unos bebés jugando a la pelota consentidos y educados por Matt Busby, quien logró sobrevivir para llorar por sus muchachos cuando el avión que los traía de regreso a casa, tras jugar con el Estrella Roja en Belgrado, se estrelló en Munich a las 11 de la noche del 6 de febrero de 1958. Por eso un reloj de Old Trafford marca siempre el momento, para recordar que ese campo ya no es lo mismo sin ellos.
La mística de los Reds Devils tiene sus misterios. Tres primeros actores integran su Santísima Trinidad: George Best, Denis Law y Sir Bobby Charlton. Los tres consagrados con el balón de oro.
También tienen a sus galanes protagónicos. Dos hombres que han vendido más camisetas que la suma de los minutos que han jugado al futbol: David Beckham y Cristiano Ronaldo.
Pero lo mejor de todo es que al caer la tarde, el telón de Old Trafford sube y nos cuenta historias con sus héroes de acción, sus actores clásicos, sus grandes comediantes y hasta un chico del barrio que ha sido proclamado rey en el teatro de los sueños: Wayne Rooney.
La gran obra de este escenario se interpretó en 1999, el año del trébol, aquel inolvidable triplete de copas: la liga, la FA Cup y el trofeo de campeones de Europa.
El elenco rojo hoy tiene a un mexicano, el primero en llegar al Manchester United. Javier Hernández –hay que decirle Chicharito, Little Pea no va con él- tiene a Sir Alex muy entusiasmado. Es un joven de 21 años, la edad perfecta según Matt Busby, y le tocará el turno de hacer el papel de su vida. Por eso esperamos que cante, ría, baile, llore y viva intensamente cada momento porque en este teatro no hay ensayos.
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