Chivas hasta la Muerte

En Dolores Hidalgo, Guanajuato, “Cuna de la Independencia”, la gente es Chiva hasta la muerte de forma literal. En una funeraria dolorense hay un paquete rojiblanco que incluye el ataúd de las Chivas Rayadas del Guadalajara.
Por cinco mil pesos el difunto tendrá una despedida apasionada con los colores y detalles del equipo de sus amores. En Dolores Hidalgo se acostumbra llevar a los muertos a la famosa parroquia donde oficiaba el Padre de la Patria y después la caravana se encamina hacia el panteón con los mariachis tocando las canciones de José Alfredo Jiménez, nacido en esa tierra, y por supuesto que el repertorio vernáculo selecto y favorito del difunto.
Los Dolorenses son Chivas hasta la Muerte y después de esto nadie lo puede dudar.

De una buena vez por todas

Honduras está en la mente del equipo nacional. No hay otra cosa que perturbe sus pensamientos. Ganaron el sábado, celebraron en la cena de esa noche, durmieron y luego volvieron a México para concentrarse de lleno en el siguiente partido. Ganar este miércoles significa la tranquilidad de estar, de una buena vez por todas, en la Copa del Mundo.
Los hondureños llegan con una gran carga emocional. Son líderes de la zona. Tienen buen futbol. Sienten una gran rivalidad hacia la selección mexicana. Además, saben que tienen en sus manos el boleto a Sudáfrica, y su segundo mundial en la historia, y lo quieren asegurar en el Azteca. Ellos también se están preparando para su gran momento.
Alrededor de 5 mil catrachos estarán en el estadio para apoyar a su equipo. Vienen pregonando que darán el “Aztecazo”. Por su parte, en México hay mesura. No hay excesos. Hay confianza pero nada más.
Javier Aguirre está como depredador al acecho. Sigiloso, esperando la oportunidad de cazar su presa. “Pensamos que vienen 90 minutos muy fuertes contra un equipo que ha hecho muchos goles, que tiene pocos en contra, serio, bien dirigido y que no nos va a regalar nada. Es en lo único que pienso, lo demás no es mi labor”, dijo, “me importa más mi equipo, que el rival. Aunque sí puedo anticipar que ellos, que son quienes más han metido goles en el hexagonal, tienen delanteros temibles y de mucho respeto, Carlos Pavón, Carlo Costly, David Suazo; gente que juega o ha jugado en Europa, que tiene mucha calidad individual y que colectivamente hace buen trabajo, llegan al frente, Núñez, Guevara, Izaguirre y Turcios, tienen un potencial ofensivo importante. Es bueno tomar nuestras providencias”.
La lluvia, la altura, el estadio lleno, serán factores que se darán en ese momento, sin embargo, como dice el Vasco, el pleito es entre dos oncenas.
“Nosotros jugamos a 2240 metros, evidentemente afecta al rival, entrenamos aquí y vivimos aquí, el campo está esplendoroso, el corte del pasto es de la mejor calidad; están tapando el estadio, no lo vamos a ir a lastimar más. Si llueve, Concacaf impide al equipo rival entrenar con tacos sino con tenis y creo yo que no va a ser pretexto y no lo ha sido nunca. Está claro que más de 100 mil personas y la altura, no son fáciles para nadie, jugaremos 11 contra 11 e intentaremos ganar”.
Este es de esos partidos en donde se vislumbra un vencedor y un vencido. Es de esos duelos que no se empatan, al menos, que las circunstancias hagan de la batalla una épica para la historia.

El Gran Sabio del Futbol Mexicano



Realización Enrique Ballesteros y Roberto Valdés.

La historia del Pique



Realización Enrique Ballesteros y Carlos Huante. Cámara: Ramsés Barona.

Ráfagas, Futbol de Ciegos



En la ciudad de México un grupo de invidentes práctica el fútbol. Cuatro historias se cruzan al tiempo que se juega un torneo en el deportivo MIna, en la colonia Guerrero. Una manera diferente de fútbol. Realización: Enrique Ballesteros y Roberto Valdés.

Versus Ticos, todo tiene un comienzo

Un martes 2 de abril de 1935, México se enfrentó por primera vez a Costa Rica. Fue en el estadio Nacional de San Salvador, durante los III Juegos Centroamericanos y del Caribe celebrados en El Salvador. Fueron, prácticamente, los 11 Hermanos del Necaxa, quienes conformaron aquella selección nacional dirigida por uno de los impulsores del futbol mexicano.
Al mando del inglés Alfred C. Crowle, el equipo mexicano derrotó a los ticos, dos goles a cero, ante 18 mil aficionados. La alineación de nuestra selección fue la siguiente:

Raúl “Pipiolo” Estrada
Antonio Aspiri “El León de las Canchas” (Capitán)
Lorenzo “La Yegua” Camarena
Miguel Pizano
Ignacio “Calavera” Ávila
Felipe “Diente” Rosas
Vicente “Chamaco” García
Tomas “Poeta” Lozano
Hilario “Moco” López
Julio Lores (El primer jugador naturalizado, peruano de origen)
Luis “Pichojos” Pérez

Los goles fueron obra del “Pichojos” al minuto 26 y del “Poeta” a los 67. El silbante de aquel encuentro fue el hondureño Jacobo de Fuenquino.
Costa Rica ha sido el único equipo de Concacaf que ha podido derrotarnos en el estadio Azteca. El próximo 5 de septiembre las dos escuadras volverán a encontrarse en San José y una victoria mexicana de visitante sería algo así como empezar a empacar las cosas para ir a Sudáfrica en el 2010. Esto sólo es un fragmento de la historia que se seguirá escribiendo a diario.

Los Chaparritos de Oro

Mucho tiempo antes del Aztecazo y de la primera vez que Costa Rica asistió a un mundial, en Italia 1990, la hazaña más grande de los futbolistas ticos fue la labor realizada por la selección costarricense el II Campeonato Panamericano que se efectuó en el estadio Olímpico Universitario de la ciudad de México, en 1956.

A esta justa llegaron las mejores selecciones de América del Sur. Argentina, Brasil, Perú y Chile. México participó representando al norte del continente y Costa Rica por Centroamérica y el Caribe.
Costa Rica tenía en el campo a verdaderos héroes de su balompié. Casi todos eran jugadores de baja estatura, chaparritos les decían de cariño, pero con un corazón que los impulsaba a destacar en la zona. Eran futbolistas amateurs, que no cobraban un centavo, pero defendían a muerte sus colores. Los ticos iban a demostrarle al mundo que estaban listos para competir.

Primero enfrentaron a México en el partido inaugural, un domingo de febrero de 1956. El estadio estaba abarrotado y los miles de aficionados estaban seguros de que la victoria mexicana estaba en la bolsa. Craso error, los visitantes marcaron el primer tanto y la selección verde vivió momentos de angustia antes de rescatar el empate definitivo.

Al segundo partido se toparon con los chilenos. Los ticos fueron amos y señores del campo. La victoria fue para ellos al son de dos goles a uno. No era casualidad la calidad del representativo centroamericano.

Luego siguió el partido contra Perú. Fue una goleada consumada. Cuatro a dos quedaron los cartones en este torneo de ensueño.

También hicieron sufrir a Argentina, escuadra que asistió con gran cartel, dirigidos por Guillermo Stábile. Costa Rica estuvo a punto de dar la campanada. Los ticos tuvieron a los chés abajado en el marcador por tres a uno. Pero el orgullo argentino afloró y en un dramático encuentro remontaron para ganar, con severos problemas, cuatro goles a tres. Esta derrota afectó profundamente en la selección de Costa Rica que afrontó el quinto y último encuentro con poca fortuna. Cerraban la gran hazaña jugando contra Brasil. Siete a uno fue el resultado.

La prensa mexicana alabó a la gran selección costarricense que alcanzó el tercer lugar, sólo por debajo de Brasil y Argentina, de aquel II Campeonato Panamericano y bautizó a sus héroes como los Chaparritos de Oro. Cuando volvieron a su patria el recibimiento fue apoteótico. Hubo desfiles y fiestas por toda la nación y ese equipo es recordado por escribir una de las páginas más memorables de la historia del futbol en Costa Rica.

Estos fueron los gloriosos integrantes de aquella selección de 1956: los porteros Hernán Alvarado, Mario Flaco Pérez y René Muñoz; los defensas Jorge Palmareño Solís, Reynaldo Rey Orozco, Mario Catato Cordero, Mario Murillo, Alex Sánchez e Isidro Williams; los medios Marvin Rodríguez, Edgar Quesada, Elías Valenciano, Edgar Negro Esquivel y Constantino Tulio Quirós; y los delanteros Rodolfo Herrera, Alvaro Murillo, Danilo Montero, Jorge Cuty Monge, Isaías Araya, Alexis Goñi, Oscar Cuico Bejarano y Rubén Rata Jiménez.

Le salió lo Temo

Previo al juego contra Costa Rica (5 de septiembre de 2009), Cuauhtémoc Blanco explotó contra los medios de comunicación. De “tontitos” no los bajó porque salió en defensa de Nery Castillo y Guille Franco. De frente, el Temo tundió a los reporteros y les pidió que dejen de hacer escándalo con la selección para competir por el rating de sus respectivos programas.
"Ustedes son los tontitos, que van y comentan a los aficionados, ustedes los enganchan. Sí me molesta que se metan con Nery y con Guille, ahora resulta que ustedes, que nunca jugaron futbol, ahora son entrenadores y desgraciadamente no les han salido las cosas", expresó.
Fue así como Blanco se desmarcó de la prensa. "En lo personal no pido nada a ustedes, siempre hay críticas y rating de un programa a otro", les dijo. "Estamos solos y con la familia que nos apoya en las buenas y en las malas, de ustedes nunca vamos a pedir un apoyo".
Sobre el partido contra Costa Rica señaló que "es muy complicado y tenemos que ir concentrados a sacar los tres puntos".
El jugador del Chicago Fire aclaró que las críticas son bienvenidas pero con fundamentos. "El
euqipo ha luchado, cuando vea a unos compañeros que no se rompan el alma en la cancha voy a ser el primero que lo voy a explicar". Acepto las críticas cuando se juega mal, eso está bien, pero las buenas críticas, pero que no me estén jodiendo".
Con su estilo característico, el Temo volvió a explicar que jugar bajo presión es lo suyo. "Me motiva, compadre, hacerle un gol a Costa Rica, te ríes de la gente por tantas críticas de ellos, les callas la boca, en verdad, imagínate cuando los gringos nos metieron un gol en el Azteca, con 120 mil aficionados, nos callaron la boca. Es bonito ir de visitante y meter un gol".
Siempre polémico, Blanco hizo un compromiso de entrega. "A eso vamos, a meter goles a demostrar una buena actitud y conseguir los tres puntos, que para nosotros es muy importante", aseguró.