A los 17 años el futbol te pone dos caminos. Si tomas uno te lleva lejos, por los rumbos del estudio, del trabajo, de la vida común y corriente en donde puedes triunfar pero también fracasar, aunque con la enorme disposición del tiempo que dure tu vida para recuperarte una y otra vez. El otro sendero llega al campo de juego. Tienes menos tiempo para alcanzar al destino. Ahí expones todo tu potencial físico y buscas sobrevivir en un mundo lleno de aspirantes pero con pocos lugares para ocupar.
Estar en la categoría para cadetes requiere de un ejercicio de autorreflexión que la misma naturaleza de la edad te hace más difícil. Porque el cadete juega, sigue jugando como con los cuates, pero está a un paso de convertirse en futbolista profesional. A esa edad los sueños y las pesadillas se hacen realidad al depender de las decisiones tomadas.
Del 5 al 10 de octubre de se juega la Copa Independencia Bicentenario 2010 para equipos Sub 17. Será un octagonal en donde se enfrenten los cuatro grandes de México (América, Guadalajara, Cruz Azul y Pumas) contra cuatro poderosos equipos sudamericanos (Boca Juniors, River Plate, Peñarol y Sao Paulo). Habrá que seguir muy de cerca el desempeño de este torneo en donde se podrá ver el futbol puro. En esa etapa decisiva que compromete al cadete sin miramientos porque está empeñando su destino sin pensar, aún, en los grandes contratos por venir. Hay muchos que acatarán las órdenes del entrenador y serán tan disciplinados como un militar, sin embargo, habrá otros que serán diferentes, porque así es el juego. Nada está escrito y todos los partidos arrancan cero a cero.
El capitán del Cruz Azul, Diego Martínez Monroy, nos platicó su historia. Con claridad, sus palabras honestas nos dieron un amplio panorama de la forma en como se vive el futbol a los 17 años. Pronto les presentaré esta historia.
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