No es lo mismo calma que parsimonia
Dicen los que saben que Francia no será un rival invencible para México. Lo que mostraron contra Uruguay arroja datos certeros: tienen más fortaleza y velocidad que los nuestros. Sin embargo la selección gala parece no tener hambre y en esa frialdad el tricolor podría encontrar la peor de las dificultades o la mayor de las ventajas.
Aguirre deberá ordenar a su equipo y advertirles que no es lo mismo ser veloz que precipitado y enseñarles que en contra parte no es lo mismo la calma que la parsimonia que los franceses podrían utilizar.
La aparente calma de los galos nos puede liquidar. Nos puede generar precipitaciones que nublen la inteligencia de nuestros futbolistas. Sin inteligencia el balón no tiene rumbo. México llega con mínima ventaja numérica al encuentro. Tienen un gol anotado y un punto. Francia tiene una unidad sin tantos. Los obligados son los rivales. Esta vez debemos ser inteligentes y detectar si el enemigo camina con parsimonia. Si es así, mantener la calma y aplicar velocidad sin precipitarse. Tener el balón pero saber qué hacer con este. Y si no se tiene la pelota, ser frío y aplicarse a fondo. Uruguay con uno menos resistió los embates. Si el trabajo en equipo genera la correcta ejecución del planteamiento, al final llegará la recompensa.
Hay varios días para ejercitar el músculo cerebral. Ahí están los detalles para que los atacantes tengan grabada a fuego la portería, para que los medios capturen el balón y lo repartan con intención, para que los defensas estén en tiempos sincronizados y para que el arquero disfrute de la soledad de su marco. Y por supuesto, para que no se acumulen más tarjetas.
El trago de hoy fue amargo pero las circunstancias hoy nos colocan con una segunda oportunidad de oro. Hay que salir calmados, el crédito del gol no se ha agotado. Hoy se falló pero la próxima vez la meta medirá lo mismo.
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