Los planos del arquero

Hace 500 años, Leonardo da Vinci hizo este dibujo. Es el hombre de Vitruvio, símbolo de la simetría del cuerpo humano y del universo entero. Si miramos con el ángulo adecuado podremos encontrar en él, los planos de nuestro hombre en cuestión: el portero.

Entre su espalda y las redes a veces no queda nada. Casi nunca voltea hacia atrás. No le gusta. Cuando lo hace generalmente encuentra el balón quieto, esperándolo, mientras siente las miradas de todos. Unos celebrando y otros reclamando. Vive en los extremos de las emociones. Es héroe y villano, prudente y loco, congruente y absurdo, pero nunca indiferente.

Habla consigo mismo. Se mentaliza. Sabe que vive atrapado en tres rectángulos trazados con cal y uno más que es tridimensional cuando de la hierba se levanta la estructura de maderas o metales. Tal vez por eso es más alto que el resto.

Es un autodidacta de la geometría. Los ángulos, las líneas, las curvas, le hacen intuir y anticiparse. Es un personaje que se bate en duelos impensables. La mano contra los pies, el puño contra la cabeza, las yemas de los dedos contra la velocidad caprichosa del balón que siempre le provoca. Se le tacha de suicida, de acróbata, de temerario.

Es el celoso guardián que cuida el castillo pero que vive obsesionado con el dragón del juego que vuela o se desplaza rasante sobre la hierba. A sus compañeros les ve los números de la espalda, a sus rivales les mira el rostro y hace contacto visual. Trata de descifrar la lógica del atacante. Sabe leer el lenguaje corporal e identifica el punto vulnerable.

De todo lo que pase, la culpa es de él, la responsabilidad es de él. La soledad es la única que lo entiende y nunca jamás le cuestionará todo aquello que piensa. Por eso habla solo. Crea sus propios relatos. Está tan lejos y tan cerca que si quisiera pudiera ir escribiendo capítulos de una novela que se extiende a lo largo de 90 minutos.

El hombre de Vitruvio bien le pudo haber servido al creador como plano arquitectónico de estos hombres que son distintos. Así como el cuerpo humano y el universo lo son, el futbol también es simétrico.

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