Ínguesu es un poema sinfónico inspirado en la final de la Copa Confederaciones de 1999, aquella gesta en donde México venció a Brasil en el estadio Azteca.
Cuauhtémoc Blanco es el Piccolo, Arellano y Palencia son las flautas. Abundis y Ramón Ramírez, los oboes. Zepeda el corno inglés. Carmona y Villa los clarinetes. Rafa y Claudio los fagots y Jorge Campos el contrafagot.
Por Brasil, escuchen a las trompetas, son Ronaldinho, Beto, Ze Roberto y Vampeta. Roni, Alex, Conciencao y Emerson son los cornos. Serginho y Odvan son trombones. Joao Carlos, el trombón bajo. Dida es la tuba.
Cada que suena el arpa es Manuel Lapuente dando indicaciones, mientras que Luxemburgo dirige a piano.
Todas las cuerdas representan a miles de gargantas clamando en las tribunas los gritos, las burlas, y las mentadas tan típicas del estadio Azteca.
El futbol es parte de nuestra identidad. Así nos expresamos los mexicanos. Así se interpreta el futbol a través de una de las bellas artes más exquisitas como lo es la música.
Ínguesu cuenta una gesta heroica, Ínguesu es música clásica. Ínguesu es universal.
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