El 22 de febrero de 1915 los alemanes establecieron,
unilateralmente, la guerra submarina irrestricta. En aquel entonces, esa
noticia impactó al mundo. El momento histórico provocó que dos equipos
históricos del futbol mexicano eligieran el nombre de dos de éstas máquinas
bélicas, antes de llamarse como se les conoció definitivamente.
El primero, con sede en Orizaba, fue conocido como el U-29,
en honor al terror de los mares, símbolo de temeridad y arrojo. Con la guerra
perdida y la inspiración cuestionada, el U-29 se convirtió en la Asociación
Deportiva Orizabeña, el célebre y hoy extinto ADO.
El segundo fue el U-53 y estaba formado por albañiles y yeseros.
Los muchachos que trabajaban en la construcción de las casas de la colonia Roma
y Condesa le pusieron al equipo el nombre de un submarino alemán que hundió
seis barcos mercantes en 1916 y que atravesó el Atlántico para entregar el
pliego de rendición del imperio alemán, que puso fin a la Primera Guerra
Mundial. A aquella escuadra hoy le conocemos como Atlante.
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