Cada vez que compres una Aspirina, o estés crudo y te tomes
un Alka-Seltzer, o se te inflame algo (no todo) y le metas al Flanax, o te
prepares un burbujeante Redoxón para evitar las gripas, o le pongas Merthiolate
al dedo que te cortaste cuando rebanabas la verdura para la botana, o le pegues
un llegue al Axol para la tos, o tu chava tome Yasmine para no engendrar
chamacos no deseados o ya de plano le pidas al boticario un Levitra para
levantar tú ánimo, decaído por una innombrable disfunción, celebra y recuerda,
siempre, que si es Bayer es bueno, o por lo menos, de lo que te gastes, una
minúscula parte va a ir a parar al sueldo del principito Andrés Guardado,
quien, buscando una ruta alternativa para llegar a Brasil, ha decido irse a Alemania, para jugar con el Bayer 04
Leverkusen.
México es el décimo país en importancia para la empresa
Bayer, propietaria del club de futbol que acaba de fichar al futbolista
mexicano y a partir de ahora, Andrés engrosa la nómina que gira alrededor de
los 111 mil empleados distribuidos en todo el mundo, de los cuales, unos 3 mil
(+1) son paisanos nuestros.
¿Qué hará el principito para llenarle el ojo al profe Piojo?
Por lo pronto, esperemos que no vaya a la botica para consumir algunos de los
célebres productos de la compañía para la que hoy trabaja y su elegante estilo
de juego le haga merecedor de un lugar en la selección. ¿Y si de plano no lo
llaman? Pues, entonces, que le mande al entrenador en cuestión, una dotación de
Asuntol, de Bolfo, de Neguvón o de cualquiera de los productos Bayer que
eliminan los piojos con facilidad.
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