Vamos ahora contra Islandia, pero qué sabemos de Islandia los mexicanos. Nada, prácticamente nada.
Islandia es una isla volcánica donde viven las personas más felices de Europa a pesar de que la crisis actual los sumió en una voraz bancarrota.Es un lugar con soles de medianoche de junio a agosto y de prolongadas oscuridades polares, más de la mitad del año. Pero dicen que es un sitio con un encanto inigualable.
Apenas en el año 2006 rebasaron por primera vez los 300 mil habitantes.
Probablemente la cantante Björk sea el referente más popular de la isla.
Los islandeses son descendientes de vikingos y alguno que otro celta. Por eso su estatura promedio rebasa los 180 centímetros y su expectativa de vida supera las ocho décadas.
Su genética es caso de estudio. En varios siglos, prácticamente no existió el mestizaje en este país. Comen pescado y cordero.
Son destacados en handball pero el futbol les ha conectado con el mundo.
Basta con mirar lo que de ellos se habla y lo que ellos comunican a través del futbol.
La selección mayor hace promoción a la aerolínea nacional.
La selección femenina ya hizo un documental. El saque de banda de su jugadora estrella es impresionante.
En el cine han contado historias sobre futbol. La más reciente (Eleven men out) plantea la intolerancia que vive un jugador crack al declararse homosexual. Por cierto, su primera ministra nunca ha ocultado que es lesbiana y que vive casada con su pareja. Los islandeses son fervientes defensores de los derechos humanos.
Y hasta Sun Dancer, un hermoso caballo islandés, le gusta patear el balón.
Su referente en el futbol es Eidur Gudjohnsen, también le dicen Iceman, Guddy, o el Bacalao para los cuates. Es el delantero, capitán y máximo goleador de la selección de Islandia. Mide un metro con 85 centímetros y es el primer islandés que ha conquistado la añorada orejona de Europa jugando para el Barcelona, en donde fue compañero de Rafa Márquez.
Actualmente juega para el Tottenham de la liga premier, en donde ha escrito la mayor parte de su trayectoria, al pasar seis años con el Chelsea. Pero Iceman tiene un capítulo entrañable en su libro personal. Cuando debutó con la selección de Islandia, en 1996 contra Estonia, entró a la cancha por un cambio generacional. Sustituyó a su propio padre Arnór, y ambos dejaron una anécdota entrañable para el futbol.
En Islandia no hay ferrocarriles pero hay caminos distintos para recorrer el país. Tampoco tienen ejército. Pero hay un equipo de futbolistas islandeses que se medirán con México, en un intercambio deportivo y cultural.
Transmitido el martes 23 de marzo.
Probablemente la cantante Björk sea el referente más popular de la isla.
Los islandeses son descendientes de vikingos y alguno que otro celta. Por eso su estatura promedio rebasa los 180 centímetros y su expectativa de vida supera las ocho décadas.
Su genética es caso de estudio. En varios siglos, prácticamente no existió el mestizaje en este país. Comen pescado y cordero.
Son destacados en handball pero el futbol les ha conectado con el mundo.
Basta con mirar lo que de ellos se habla y lo que ellos comunican a través del futbol.
La selección mayor hace promoción a la aerolínea nacional.
La selección femenina ya hizo un documental. El saque de banda de su jugadora estrella es impresionante.
En el cine han contado historias sobre futbol. La más reciente (Eleven men out) plantea la intolerancia que vive un jugador crack al declararse homosexual. Por cierto, su primera ministra nunca ha ocultado que es lesbiana y que vive casada con su pareja. Los islandeses son fervientes defensores de los derechos humanos.
Y hasta Sun Dancer, un hermoso caballo islandés, le gusta patear el balón.
Su referente en el futbol es Eidur Gudjohnsen, también le dicen Iceman, Guddy, o el Bacalao para los cuates. Es el delantero, capitán y máximo goleador de la selección de Islandia. Mide un metro con 85 centímetros y es el primer islandés que ha conquistado la añorada orejona de Europa jugando para el Barcelona, en donde fue compañero de Rafa Márquez.
Actualmente juega para el Tottenham de la liga premier, en donde ha escrito la mayor parte de su trayectoria, al pasar seis años con el Chelsea. Pero Iceman tiene un capítulo entrañable en su libro personal. Cuando debutó con la selección de Islandia, en 1996 contra Estonia, entró a la cancha por un cambio generacional. Sustituyó a su propio padre Arnór, y ambos dejaron una anécdota entrañable para el futbol.
En Islandia no hay ferrocarriles pero hay caminos distintos para recorrer el país. Tampoco tienen ejército. Pero hay un equipo de futbolistas islandeses que se medirán con México, en un intercambio deportivo y cultural.
Transmitido el martes 23 de marzo.
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