Mucho tiempo antes del Aztecazo y de la primera vez que Costa Rica asistió a un mundial, en Italia 1990, la hazaña más grande de los futbolistas ticos fue la labor realizada por la selección costarricense el II Campeonato Panamericano que se efectuó en el estadio Olímpico Universitario de la ciudad de México, en 1956.
A esta justa llegaron las mejores selecciones de América del Sur. Argentina, Brasil, Perú y Chile. México participó representando al norte del continente y Costa Rica por Centroamérica y el Caribe.
Costa Rica tenía en el campo a verdaderos héroes de su balompié. Casi todos eran jugadores de baja estatura, chaparritos les decían de cariño, pero con un corazón que los impulsaba a destacar en la zona. Eran futbolistas amateurs, que no cobraban un centavo, pero defendían a muerte sus colores. Los ticos iban a demostrarle al mundo que estaban listos para competir.
Primero enfrentaron a México en el partido inaugural, un domingo de febrero de 1956. El estadio estaba abarrotado y los miles de aficionados estaban seguros de que la victoria mexicana estaba en la bolsa. Craso error, los visitantes marcaron el primer tanto y la selección verde vivió momentos de angustia antes de rescatar el empate definitivo.
Al segundo partido se toparon con los chilenos. Los ticos fueron amos y señores del campo. La victoria fue para ellos al son de dos goles a uno. No era casualidad la calidad del representativo centroamericano.
Luego siguió el partido contra Perú. Fue una goleada consumada. Cuatro a dos quedaron los cartones en este torneo de ensueño.
También hicieron sufrir a Argentina, escuadra que asistió con gran cartel, dirigidos por Guillermo Stábile. Costa Rica estuvo a punto de dar la campanada. Los ticos tuvieron a los chés abajado en el marcador por tres a uno. Pero el orgullo argentino afloró y en un dramático encuentro remontaron para ganar, con severos problemas, cuatro goles a tres. Esta derrota afectó profundamente en la selección de Costa Rica que afrontó el quinto y último encuentro con poca fortuna. Cerraban la gran hazaña jugando contra Brasil. Siete a uno fue el resultado.
La prensa mexicana alabó a la gran selección costarricense que alcanzó el tercer lugar, sólo por debajo de Brasil y Argentina, de aquel II Campeonato Panamericano y bautizó a sus héroes como los Chaparritos de Oro. Cuando volvieron a su patria el recibimiento fue apoteótico. Hubo desfiles y fiestas por toda la nación y ese equipo es recordado por escribir una de las páginas más memorables de la historia del futbol en Costa Rica.
Estos fueron los gloriosos integrantes de aquella selección de 1956: los porteros Hernán Alvarado, Mario Flaco Pérez y René Muñoz; los defensas Jorge Palmareño Solís, Reynaldo Rey Orozco, Mario Catato Cordero, Mario Murillo, Alex Sánchez e Isidro Williams; los medios Marvin Rodríguez, Edgar Quesada, Elías Valenciano, Edgar Negro Esquivel y Constantino Tulio Quirós; y los delanteros Rodolfo Herrera, Alvaro Murillo, Danilo Montero, Jorge Cuty Monge, Isaías Araya, Alexis Goñi, Oscar Cuico Bejarano y Rubén Rata Jiménez.
5 comentarios:
Dignos de admirar estos jugadores
A pesar de que los tiempos han cambiado, el amor a la camiseta los llevo a ser grandes, a dejar a nuestro país muy en alto, gracias a las personas que de una u otra manera mantienen vivos a los integrantes de Los Chaparritos de Oro, orgullosa de ser hija de uno de ellos, hoy desde aquí te recuerdo mi papito del alma, como todos los días, gracias por dejarme el gusto por el futbool, y doy gracias a Dios por darme 30 años de mi vida a tú lado, a pesar de ya hace casi veinte años que partiste de este mundo.
Te amo papí
La nota es valiosa pero lo sería más si hubieran publicado los nombres de los que integraron esa selección.
La nota es valiosa pero lo sería más si hubieran publicado los nombres de los que integraron esa selección.
ebrodriguez, gracias por enriquecer la nota, ya están los nombres de aquellos que hicieron historia. Saludos
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