La Guerra del Futbol, así tituló Kapuscinski, corresponsal
de guerra polaco, el conflicto bélico entre Honduras y El Salvador. La conocida
también como Guerra de las 100 horas no fue ocasionada por la pasión desbordada
en plena eliminatoria para la Copa del Mundo México 1970. Fue un conflicto
generado por las oligarquías que aprietan sin piedad a los pobres y a los
marginados. La guerra la generó el poder político y fue en los estadios de
futbol en dónde manipularon el odio mutuo de dos pueblos confrontados por la
frustración, por el hambre, por la desesperanza.
Kapuscinski estuvo en el lugar adecuado, en el momento
preciso. El futbol fue la línea dramática de su crónica. El periodista español
Luis Suárez le puso la pista mientras estaban tomando café en México. La guerra
entre estos dos países era cuestión de tiempo. Estaban a la espera de la
detonación. El olfato periodístico les despertó el oficio desde el primer
partido, celebrado el 8 de junio de 1969, en Honduras. El encuentro definitivo
en el Azteca, el 26 de junio, orilló al legendario corresponsal a tomar un
avión rumbo a Tegucigalpa.
Y así narró aquella historia. Lo que había leído en las
crónicas deportivas, más la premisa que Suárez le marcó, al decirle que “la
frontera entre el fútbol y la política es tan tenue que resulta casi
imperceptible”, lo hizo estar, desde antes, en las cien horas de batallas. Rememoró
el juego de ida. El asedió a la selección salvadoreña en Honduras. El suicidio
de una joven que no pudo tolerar la derrota contra los catrachos. Relató la
vuelta en San Salvador, la venganza. La serie se empató y por eso se fueron al
Azteca para definir el duelo.
Kapuscinski detalla la noche del 14 de julio de 1969. Sintió
el temor de la guerra y se ocultó en su hotel para escribir, a oscuras, la
crónica que le dio la vuelta al mundo. Su nota fue enviada a Polonia como un
telegrama.
TEGUCIGALPA (HONDURAS) PAP 14 DE JULIO VÍA TROPICAL RADIO
RCA HOY A LAS SEIS DE LA TARDE EMPEZÓ LA GUERRA ENTRE EL SALVADOR Y HONDURAS LA
AVIACIÓN DE EL SALVADOR BOMBARDEÓ CUATRO CIUDADES HONDUREÑAS STOP AL MISMO
TIEMPO LAS TROPAS DE EL SALVADOR VIOLARON LA FRONTERA CON HONDURAS INTENTANDO
PENETRAR EN EL INTERIOR DEL PAÍS STOP EN RESPUESTA AL ATAQUE DEL AGRESOR LA
AVIACIÓN DE HONDURAS BOMBARDEÓ LOS MÁS IMPORTANTES CENTROS INDUSTRIA-LES Y
OBJETIVOS ESTRATÉGICOS DE EL SALVADOR Y LAS FUERZAS TERRESTRES EMPRENDIERON
ACCIONES DEFENSIVAS.
La guerra del futbol duró 100 horas y en cien horas mató a
miles, dejó heridos a miles y destruyó las casas de miles. Fue la última gran
batalla aérea de los aviones de pistones que se utilizaron en la segunda guerra
mundial. Sin embargo la situación social no cambió en nada. Legitimó los
discursos de los políticos quienes no dudaron en utilizar la atrocidad para sus
mensajes envolventes. Tanto en honduras como en El Salvador se veneran a los
héroes de aquella guerra que narró Kapuscinski, tiempo después con profundidad,
a manera de parábola perfecta asociándola con el futbol.
Hay museos con las armas expuestas. Hay veteranos que
recuerdan, hay aviones con los rivales derribados marcados en los costados, y
también hay futbolistas que dicen que el juego no tuvo la culpa.
Kapuscinski cerró su crónica de la siguiente forma: Los
pequeños países del Tercer Mundo tienen la posibilidad de despertar un vivo
interés sólo cuando se deciden a derramar sangre. Es una triste verdad, pero
así es.
La noticia del lanzamiento del Apollo 11, el 16 de julio de
aquel año, cambió la atención del mundo y la puso en la luna. Al año siguiente
El Salvador jugó la Copa del Mundo de la FIFA y enfrentó a la selección
mexicana en la cancha del Azteca. Perdieron cuatro a cero.
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