(Guión para el programa oficial del 95 aniversario del Deportivo Toluca)
No movamos el tiempo, dejémoslo así porque ya han pasado
noventa y cinco años. Mejor sintamos que en cada lugar, en donde hemos estado, algo importante ha sucedido. Aquí vivieron los Henkel y ahí,
seguramente, en lo que fuera la casa de su hacienda, nació el futbol en el
Valle de Toluca, porque aun quedan los vestigios de La Huerta, en Zinacantepec, y
aquí se da el comienzo de nuestra historia.
Los peones de La Huerta echaron a rodar el balón y jugaron,
primero, contra los ferrocarrileros. Pero también los electricistas formaron su
equipo y después se creo el Xinantécatl, al pie de ese nevado que nos
distingue. Queda constancia escrita en esta acta, que ha sobrevivido a todo este
tiempo. Casi de forma simultánea, en la Alameda se juntaban a jugar
los muchachos. Podríamos decir que este fue el primer escenario destinado al
futbol de la ciudad. Los hermanos Ferrat, que tenían una tienda de ropa en el
Portal Madero, estaban ya pensando en armar una escuadra para retar a los de la
Huerta y el Xinantécatl. Fue en el número 37 de la avenida Juárez, un 12 de
febrero de 1917, cuando fundaron al equipo que adoptó el nombre no del barrio,
ni de la tienda, ni de la escuela, sino el de la ciudad en donde todos vivían.
Aquí, en este Instituto Científico y Literario, estudiaban
algunos de aquellos jóvenes que se convertirían en los primeros once del
Deportivo Toluca. Y un afamado sastre, de apellido Lajous, que también formaba
parte de la escuadra, confeccionó los primeros uniformes en blanco y azul
obscuro. El escudo, siempre fue rojo, ese color que acabaría por imponerse al
correr los años.
Un escultor de figuras religiosas quiso darle batalla al
Deportivo Toluca. Fernando Barreto pasó de ser un rival obstinado a convertirse
en uno de los pilares institucionales del equipo. Apenas transcurría el año
1925 y el país se estaba serenando de su revolución, mientras el Deportivo
Toluca seguía vistiendo de blanco y le habían agregado una franja azul, a la
camiseta, en la altura del pecho, con el escudo al centro.
Por eso siempre nos acordaremos de Henkel, de Ferrat, de Barreto. Ellos simbolizan el nacimiento y la consolidación del Deportivo Toluca.
Estas copas son de la década de los treinta. Todas se ganaron
en la liga regional. Todas simbolizan que el equipo estaba listo para
enfrentarse con quien fuera. Para entonces ya se había medido con el Real Club
España, con el Necaxa, con el Guadalajara y con el América y por primera vez en
contra de una oncena internacional, el Club La Libertad de Costa Rica.
Sería un hombre al que le apodaban el Caballo y que se llamaba Alberto Mendoza, el que se inmortalizó cuando el 19 de junio de 1939, el Deportivo Toluca le hiciera ver su suerte al Euskadi, aquella selección vasca que jugó por el mundo con jugadores extraordinarios como Blasco, Regeiro y Lángara.
Para entonces, el equipo sobrevivía a problemas económicos con ímpetu y fue en esta época cuando el rojo pintó las camisetas. Decía Fernando Barreto que era el color que salía más barato y la gente empezó a llamarnos los Rábanos.
De los llanos de La Huerta y de la alameda, o Parque
Cuauhtémoc, que sirvieron para que rodara el balón, nos trasladamos al Paseo
Colón, una antigua avenida de la ciudad. Por estos rumbos los Ferrat trazaron
una cancha en uno de sus terrenos y lo rodearon con algunas gradas de
madera. Después se jugó en el
Campo Tívoli, hoy estas casas ocupan el predio donde estaba trazado el
rectángulo de cal de la Presa de Gachupines. Cerca de ahí, con el Cerro de la Teresona como
referente, en donde el Deportivo Toluca encontraría su querencia. Lo que fue el
campo Patria se convirtió, el 8 de agosto de 1954, en La Bombonera, en el
estadio Nemesio Diez. Y esta cancha ha sido nuestra sede desde antes de que
llegáramos a la primera división.
1953, 18 de enero. Esta matraca debe haber sonado los 90
minutos que duró el partido en Irapuato. Aquel domingo llegamos a Primera
División. Ellos fueron los héroes y esta la Copa que levantaron como campeones
de la segunda. Desde entonces hemos jugado en la máxima categoría y somos el
tercer equipo que más partidos ha disputado en este circuito.
Toluca siempre ha sido una ciudad empresarial. Gracias a las
industrias ha progresado en todos los sentidos. Por eso cuando el equipo llegó
a la primera división, fueron los hombres de negocios los encargados de
reestructurar al Deportivo. Don Luis Gutiérrez Dosal y desde 1959, la familia
Diez, primero con Don Nemesio y ahora con Don Valentín, quienes tomaron el
compromiso de solventar los gastos de un equipo profesional. El Libro de los
Récords Guinness ha reconocido que en la historia del futbol, ninguna familia
ha sido propietaria de un club durante tantos tiempo y los años se siguen
sumando.
Fuimos los Rábanos hasta que alguien se vistió de Diablo
durante el primer partido en primera división. Y los rojos chorizos típicos de
la ciudad nos asignaron otro apodo que nos da identidad. Pero ha sido el Diablo
el que manda los corazones rojos y el Diablito el que salta a la cancha para
alegrar a nuestra afición.
Cada Copa tiene su propia historia, sus propios héroes. La
primera y la segunda se conquistaron de forma consecutiva bajo la dirección
técnica de Don Nacho Trelles, entre 1966 y 1968. Se ganaron con puntos porque
en aquel entonces se jugaba sin liguillas.
La tercera llegó en la temporada 1974-1975 y podemos
recordar, a colores, el gol con el que se alcanzó la victoria, en una ronda
final que se disputó por puntos.
Entre la tercera y la cuarta pasaron 23 años. Por eso
Enrique Meza y sus muchachos no serán olvidados nunca más.
El Verano de 1999 llegó la quinta.
Arrancamos el milenio ganando la sexta, también en el
Verano.
Y en el Apertura 2002 fuimos de nuevo campeones y le pusimos
siete estrellas al escudo.
En 2005 volvimos de Monterrey cargando la octava copa.
Y en 2008, tras la ejecución de quince tiros penales, Hernán
Cristante, el primer pentacampeón de nuestra historia, detuvo el tiro de Vela
para que llegara la novena estrella.
En 2010 celebramos doscientos años de ser un país libre
ganando nuestro décimo campeonato, colocándonos a uno del equipo que más
títulos de liga ha conquistado en el futbol mexicano.
Pero todo comenzó hace noventa y cinco años en esos lugares
que forman parte de nuestras vidas. Por eso es importante comprender que la
historia del Deportivo Toluca cuenta y sintetiza gran parte de lo que han
pasado en este valle, en donde generaciones y generaciones de aficionados han
sido testigos de nuestra grandeza.
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