El apellido Eriksson invoca al legendario vikingo noruego Erik El Rojo, quien, aseguran los historiadores, llegó a América, cientos de años antes que el mismo Colón. Toda su prole heredó el nombre de la leyenda de los mares del norte. No se sabe si Sven-Göran forme parte de esa familia que forjó su historia hace más de mil años y que se diseminó en todos los países que conforman la región. Lo cierto es que el técnico de la selección mexicana nació, en 1948, en un pequeño pueblo de Suecia, llamado Sonne, más cerca de Oslo, capital de Noruega, que de Estocolmo, en Suecia. Por eso, no suena tan descabellado que esta historia tenga algo que ver con los vikingos.
Eriksson vivió muy poco tiempo en Sonne. Sus padres se mudaron a Torsby, ubicado a 35 kilómetros del pueblo natal, y ahí pasó su infancia y juventud. Por eso en las semblanzas se dice que nació en Torsby y no en Sonne, pero el mexicano Pascal Beltrán del Río, director del diario Excélsior, viajó a Suecia en busca de los orígenes del estratega y descubrió el dato biográfico.
El pueblo donde creció Eriksson es de ensueño. Está en la ribera de un hermoso lago, el Fryken. Era un estudiante muy ordenado en una escuela de vanguardia, en donde los niños desarrollan habilidades matemáticas, generando que sus maneras de pensar y afrontar la vida, tengan estructuras que los conduzcan a la exactitud.
Sus padres eran comunes y corrientes. El, chofer, y ella, atendía en una tienda de autoservicio, frente a la estación del ferrocarril. Fue el señor Eriksson (también de nombre Sven) quien fomentó la práctica del futbol en el joven Svennis, de quien dicen era mejor esquiador en la rampa de sesenta metros que defensa en el balompié.
Sven-Göran Eriksson es el hijo pródigo de Torsby. Cuando vuelve a Suecia, casi siempre en el verano, deja el glamour a un lado. Se refugia en una casa de campo, ubicada en medio del camino que une a su pueblo natal y su pueblo adoptivo, en donde, dicen, aun viven sus padres y su hermano menor.
Lo quieren tanto en su tierra que cada mes de agosto, 150 equipos conformados por niños menores de 14 años disputan la “Svennis Cup”. Torneo del que por cierto, se han descubierto talentos potenciales.
De ahí viene el sueco que buscará su destino en México. Volviendo a las leyendas, el segundo hijo de Eric El Rojo, Leif Eriksson, El afortunado, fundó el primer asentamiento europeo en el desconocido continente, pero lo tuvo que abandonar en poco tiempo, por la hostilidad mostrada por los nativos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario